La irracionalidad nunca muere

Ni morirá. Y ahora más que nunca, parece regresar con renovados bríos. Hace años que no escribía en este blog, porque hace años que me había rendido ante el embate de tanto merolico de lo insólito. De tanto prófugo de la educación. Pero los problemas de entonces eran mucho menos malignos que los actuales.

Una visión regular en un mundo lleno de raptos místicos.

Porque, ¡vamos! ¿Qué daño puede hacer el creer que una vetusta anciana vea caras en el piso de su cocina? ¿Cual es el daño que ocasiona que un monton de histéricos en taparrabos canten y bailen en un sitio de contactados espirituales/extraterrestres/criptozoologos?

Ninguno, dirá usted. Pero no… eso solo era el síntoma inicial que anunciaba la caída en la estupidez, cada vez más honda, cada vez más hedionda.

Los problemas ahora son mucho más acuciantes. El movimiento antivacunas, hijo yermo de esos anteriores charlatanes, empezó a cobrar víctimas muy reales. Miles de niños y muchos adultos inmunocomprometidos muertos por que una estúpida mujer pensó que las vacunas harían que su hijo (que por cierto concebió durante una época pletórica de fármacos sin prescripción) contraería una condición neuroincapacitante como el autismo…

Y eso, sin hablar de los negacionistas del cambio climático.

En fin… el futuro se ve muy sombrío. A ver si podemos ver en qué termina todo este tinglado…

~ por mytho en diciembre 15, 2019.

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